Es curioso. Recuerdo un día que invité a un chico a cenar carne a la brasa sin saber que era vegetariano. Así que solo comió pan y se rompió un diente con un grano de centeno. Estuvimos toda la noche buscando un médico, un dentista de guardia. Y el dentista llevaba tal cogorza que... ¡le sacó el diente equivocado!. Y luego cuando la llevé a casa... todavía tenía que dolerle. Tú me besaste, ¿lo recuerdas?
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